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El Gobierno francés se ha reunido con los presidentes de Peugeot y Renault, las dos grandes marcas galas de automóviles. Según ha transcendido, quieren que incluya limitadores de velocidad en todos los automóviles a partir de 2005.
En concreto, el Ejecutivo galo presiona para que se incluyan dispositivos que impidan al conductor rebasar una velocidad que él mismo haya programado de antemano. Mercedes es la única marca que comercializa algo parecido: el Limitronic, que sólo se desconecta si aceleramos a fondo.
En la actualidad, la mayoría de los fabricantes ofrece en sus vehículos (casi siempre como un extra) dispositivos que ayudan al conductor a controlarse sin métodos tan intrusivos. Por un lado, existen avisadores acústicos o los más sofisticados controles de velocidad de crucero con radar (sistemas capaces de medir la distancia que nos separa de los coches precedentes y mantener una velocidad constante la que nosotros elijamos- sin necesidad de que pisemos el acelerador o el freno para adecuarnos al tráfico).
El ministro de Transportes francés, Gilles de Robien, piensa ir más lejos. Según ha anunciado, en marzo pedirá al Consejo Europeo que homologue en toda la UE los límites de velocidad y que imponga limitadores de velocidad en los coches.
No es el primer país que apunta a los coches cada vez más potentes y rápidos como una de las causas de la alta mortandad en carretera.
El responsable de la DGT, Carlos Muñoz-Repiso, también se ha pronunciado en reiteradas ocasiones al respecto: Es "una incongruencia que los coches puedan correr incluso más del doble de lo permitido". El Gobierno suizo también ha presionado a sus fabricantes: quiere que Volvo y Saab no vendan dentro de sus fronteras coches que superen los 160 km/h.
¿Medida preventiva o simplemente recaudatoria?
Los conductores ingleses no tienen tan claro que su Gobierno persiga sólo reducir los accidentes con la proliferación de radares y cámaras espía que se da en sus carreteras.
En la actualidad, 4.500 cámaras (pronto habrá 500 más) vigilan quién se pasa con el acelerador en Gran Bretaña: registran el número de matrícula electrónicamente y, de forma automática, sancionan al dueño del coche con 60 libras (unos 90 euros) y con la pérdida de 3 puntos en su carné (en este país, las licencias de conducir son de 9 puntos).
El Gobierno inglés está obligado a indicar dónde se encuentran estos aparatos. Curiosamente, muchos de ellos se sitúan en carreteras con poca siniestralidad y son gestionadas por compañías privadas: ¿es un negociete?, se preguntan los conductores. En el condado de Somerset, la A-37 está plagada de cámaras incendiadas: los vecinos protestan mediante bombas caseras, incluso rodean los pilotes donde se sostienen estas cámaras con neumáticos caseros.
Según informa La Vanguardia, ante tanta queja, Gran Bretaña estudia cambiar estas cámaras en los lugares donde no se producen accidentes por señales electrónicas que sonrían al conductor si va a la velocidad correcta o se muestre enfadada si se rebasa el límite.
Francia también recibe protestas
En Francia, las protestas más duras provienen del gremio de viticultores. Hasta ahora, la cruzada contra la accidentalidad que prometió su presidente, Jacques Chirac, había dejado a un lado los límites de alcoholemia. De hecho, muchos se han mostrado extrañados por esta permisividad con el alcohol (sobre todo si tenemos en cuenta que están dispuestos a meter en la cárcel a los conductores que hayan superado en 50 km/h el límite de velocidad).
Ahora, los controles de alcoholemia han aumentado en las carreteras. Y la respuesta ha sido inmediata, pero no la deseada: los viticultores han protagonizado una gran movilización frente al descenso de sus ventas. Hay que recordar que es un lobby muy poderoso, no en vano Francia es una de las cunas del vino.
Y las comparaciones vuelven a llegar del otro lado del Canal. En el Reino Unido, está vigente el límite de alcoholemia más alto de toda la Unión (80 miligramos) y no se puede detener a nadie salvo que haya cometido un accidente. Sin embargo, la siniestralidad por este motivo es muy baja. ¿Se deberá a sus originales métodos? Existen empresas que envían a un chófer en una scooter que te va a buscar al bar y te lleva a casa tu coche por casi el mismo precio que te costaría un taxi.