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Por entretenernos un poco: a mi me paso en dos coches como ya he dicho, un Corsa que solo fallaba en invierno y la Multipla que se paraba al cabo de 10 minutos.
Cuando el sensor del cigüeñal o del árbol de levas falla de forma catastrófica claro que no arranca, pero entre eso y el funcionamiento perfecto hay todo un mar de posibilidades.
Estos sensores en general funcionan por el principio del efecto Hall, una bobina con un núcleo generalmente magnético, recibe un impulso inducido por la variación de reluctancia del imán al pasar o dejar de pasar por delante de él, un diente o una muesca de un material ferromagnético.
Pero que pasa con estos elementos, tan sencillos y robustos por otro lado, cuando los sometemos a miles de cambios de temperatura y vibraciones. Pues que el aislamiento de la bobina varía, el magnetísmo del imán disminuye y que las posiciones relativas de ambos elementos se trastocan.
Esto hace que el impulso generado sea mayor, menor, o se deforme o retrase con respecto al ideal. Cuando las variaciones de este impulso con respecto a la ventana teórica siguen siendo reconocidas como buenas por la centralita del motor, todo funciona sin problemas, pero puede darse el caso de que mientras en principio todo funciona correctamente al calentarse el conjunto envolvente, imán, bobina por su deformación mecánica, todo se vaya al traste y es motor se para.
De todos modos estas elucubraciones son un tanto fútiles puesto que con cambiar el sensor queda descartado si es o no el problema y podemos centrarnos en otra cosa dando por zanjada esta discusión, que lo único que hace es distraernos del objetivo mientras mantiene el coche parado.