Al final tal y como yo suponía el puñetero convenio entre aseguradoras dictó que el culpable era yo.... así que ya sabéis, cuidadín con los toques en los que cada uno no se considera culpable, ya que te la pueden meter doblada.
Por suerte no fue nada grave, un bollo pequeño y la dirección algo tocada. Lo peor fue el daño moral, saber que no eres el culpable y tener que cargar con ello por convenio (PUTO convenio... la primera vez que digo una palabra malsonante, no me puedo aguantar, lo siento)
Un saludo